PEOR
QUE ADÁN Y QUE CAÍN
Peor
que Adán expulsado del Paraíso soy yo,
porque
él salió del Edén acompañado.
Peor
que Caín marcado por su culpa soy yo,
porque
a él no le impidió formar linaje.
Hundido
en el Océano como la Atlántida
mi
paraíso desapareció de pronto sin dejar vestigio.
Limpia
mi frente de cualquier señal
la
marca permanece indeleble en mi memoria.
Quizá
porque nunca había sido antes tan feliz
mi
pérdida no cede con el paso de los días.
Quizá
porque nunca había sufrido antes tanto
mi
culpa busca justificación a tanto daño.
Si
realmente existió fuera de mi imaginación,
el
amor que me tenía preso en cuerpo y alma,
¿dónde
se gestó, tan grande y arrasador,
el
odio del que fui objeto hasta la aniquilación?
Porque
no es buena la soledad – dicen -
Dios
puso la atracción en compartir la vida,
pero
es una barrera infranqueable
el
miedo al pasado si fue malo.
Me
atrae el amor: paraíso perdido.
Pero
temo el odio: la marca de mi culpa.
Pedro
Casas Serra (13-05-1992,01)
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